Arco
de Santa Catalina – Sacatepéquez
El Arco
de Santa Catalina es uno de los lugares más reconocidos de la ciudad
de Antigua Guatemala. Es visitado anualmente por
miles de turistas que acuden a la ciudad que ha sido declarada Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO. Pertenecía a las monjas reclusas del convento de Santa
Catalina Virgen y Mártir, pero tras el traslado forzoso de la capital de
la Capitanía General de Guatemala de Santiago de
los Caballeros de Guatemala a la Nueva Guatemala de la Asunción luego de
los Terremotos de Santa Marta en 1773, la
estructura quedó abandonada. El Arco de Santa Catalina, Claustro Conventual y
Nave de la Iglesia conforman el conjunto monumental del Antiguo Convento de
Santa Catalina Virgen y Mártir; de los cuales el arco y la nave de la iglesia
son propiedad de la municipalidad de la Antigua Guatemala y el claustro
conventual es propiedad privada. El antiguo claustro pasó a manos privadas a
principios del siglo xixmientras que el arco y las ruinas de la iglesia
quedaron abandonados. El arco fue reacondicionado en la década de 1890 por el
gobierno del general Manuel Lisandro Barillas Bercián y
se construyó sobre él una torrecilla para colocar un reloj.
En el año
de 1609, cuatro monjas del Convento de la Inmaculada Concepción de María fueron
autorizadas para establecer el Convento de Santa Catalina Mártir. Este
fue el segundo convento para monjas en la ciudad de Santiago de los
Caballeros, fundado en el año de 1613.
El
Convento de Santa Catalina Mártir tenía un carácter de reclusióndebido a
los votos que tomaban las religiosas que pertenecían a esa Orden. Es decir que
se les impedía salir a las calles o ser vistas desde el exterior.
Con el
tiempo, el número de religiosas que eran admitidas en el convento creció tanto,
que el espacio ya no era suficiente. Por lo que pidieron autorización para
ocupar el espacio que se encontraba frente al convento.
Dicho lugar
se les otorgó en el año de 1693. Pero debido a la reclusión del convento,
solicitaron también autorización para cerrar la calle y así unir los dos
espacios que ya poseían. Esa autorización fue negada.
En lugar
de cerrar la calle se les permitió la construcción de un puente. El
mismo fue en forma de arco con un corredor cerrado por el que las
religiosas transitaban sin ser vistas, cumpliendo así con el voto de reclusión.
Luego de
los terremotos de 1773, el arco tomó importancia debido a los arreglos que
se mandaron a hacer. Dichos arreglos comprendieron la construcción de una torrecilla y
la inclusión de un reloj Lamy Amp Lacroix de origen francés.
Debido a
su historia, el arco es conocido en la actualidad como el Arco de Santa
Catalina y lo que en su momento fue el convento es ahora un hotel
colonial.
La calle
del arco es una de las más concurridas de la ciudad colonial. Es también
uno de los íconos más representativos de la Antigua Guatemala.
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